sábado, 20 de octubre de 2012

Retorno a las pistas.

Hoy, un año después de mi torneo, el Mar Menor Open, he vuelto a empuñar mi fabulosa Prince O3 Speedport Black, ahora que vuelvo a ser socio de mi club... Aquí la opción de pagar la pista cuando vas a jugar, es casi, casi inviable, los precios están diseñados para que te hagas socio: 17€/hora la pista "dura" y 22,50€/hora la de tierra batida, sin contar la luz: 5,90€/hora. Los precios son de escándalo si los comparas con los de, por ejemplo, el polideportivo de San Pedro, 3€ pista "dura" y 4€/hora la de tierra batida, la luz no la recuerdo.

Volviendo al club, la recepcionista, el monitor del gimnasio y uno de los monitores de tenis, sorprendentemente me recuerdan (soy "el de la ambulancia") debo de haber sido el único sanitario que ha pasado por allí... el monitor de tenis no me extraña que me recuerde, me entrenaba cuando España derrotó a Argentina en la copa Davis el 2008... después de Nadal & Cía, les dieran buena paliza en la final, llegué yo a clase el lunes y lo primero que hago es preguntarle a mi profe, (argentino el pibe) "¿Viste la final de ayer?" cosa que no se tomó muy bien, a pesar de que no lo decía para hacer sangre: "Chincha rabiña"... no recuerdo a ningún entrenador que me haya exprimido de esa forma en todo el tiempo que estado haciendo deporte... terminó el entrenamiento y no podía ni levantarme de la silla... si normalmente es un típo exigente con sus alumnos, conmigo se pasó tres pueblos. Normalmente terminábamos los entrenamientos haciendo unos peloteos, (y no me refiero a hacernos mutuamente "la rosca") ese día entendí como se siente un limpia-parabrisas... me tuvo toooodo el peloteo enviándome pelotas a las esquinas, y allí que iba yo corriendo porque le daba con la fuerza justa para hacerme ver que llegaba, pero no lo suficiente como para enviarle una pelota que "desactivara" su ataque, de modo que estuve esprintando como 20 minutos, con la lengua fuera, para gozo de los demás alumnos del club (que es una residencia también para tenistas promesa y de perfeccionamiento para competición). Un grupo de "peques" se apostó en la pista de al lado mientras que su "profe" les explicaba los fundamentos de la defensa, cosa que yo estaba haciendo "de libro" mientras agonizaba en los últimos minutos, aunque yo pienso que más que explicarles como defenderse como-un-gato-panza-arriba, me ponía como ejemplo de lo que no hay que hacer cuando un país pierde la copa Davis... He recordado que esto ya lo conté en 2008, en un email se llamaba "Ala que frío" y que empezaba así: 

Lunes 24 de noviembre de 2008 13:18

"Hola... ¿Qué tal?
Yo ahora mismo en casa, la ola de frío ya empieza a dejarse sentir poco a poco, el esperado viento está llegando y acabo de cerrar la ventana porque, con las rachas fuertes, cae a tierra algún esquimal, pingüino e incluso algún iceberg... Esta mañana no hacía ni mihita de frío, es más, he sudado de lo lindo en el entrenamiento... Bueno, además de por el calorcito que hacía es que he metido la pata a base de bien... Los lunes entreno con el profe del club, uno de ellos, y no recordaba que es argentino... y nada más llegar, cuando aun estoy sacando la raqueta de la funda, no se me ocurre otra cosa que preguntar si había visto la final de la Davis más que nada para intercambiar impresiones, él es un profesional de este deporte...
Al  instante siguiente de haber hecho la pregunta, con su mirada fulminándome de lado a lado, he caído en la cuenta de su nacionalidad, ains, que mañanita me he pegao, he corrido más que Verdasco ayer en la final... Hay que ver estos argentinos, que poco sentido del humor tienen... Pero bueno, llevaba casi todo el fin de semana tirado en el sillón así que me ha venido bien para ponerme de nuevo las pilas" 

Hoy, con el subidón de buen rollo, por volver a mi CIT (Centre Internacional de Tennis), el gustazo de volver jugar y encima hacerlo en pista cubierta porque hacía mucho aire, hemos cogido pista un par de horas. He jugado con un finés del que no podría decir la edad ni por casualidad. Es un rostro de esos por los que no parece pasar el tiempo, y aunque su cuerpo habla de una edad, su cara habla de otra... Hemos empezado a pelotear y me he dado cuenta de que no he perdido tanto "toque" como yo pensaba... total, que me he confiado y he empezado a correr como si fuera la final de Roland Garros, a todas las bolas; dejadas, paralelas, cruzadas, subido a la red, detrás de los globos... ninguna bola era imposible... pero claro... mi estado de forma no es el que era... y después del tiempo que llevo sin hacer deporte, la mala alimentación, una hora corriendo como una liebre... he pagado caro mi atrevimiento y, durante el partido, propiamente dicho, aunque no he quedado con ningún juego en blanco, me ha metido un doble-seis-cero como una catedral. En mi defensa diré, que el sol me daba de cara, el viento solo soplaba cuando sacaba yo, encima racheado, hay luna llena y una extraña conjunción de planetas que solo afecta a los que juegan con el modelo de raqueta que uso... (y ahora alguien piensa, "pero no era en pista cubierta"?) ¿Ves? la conjunción planetaria sigue jugando en mi contra!!! 
No sé si me volverá a llamar, porque sacar a un tío arrastrando que pesa lo que yo, mientras grita "déjame, sálvate tú" (no podía moverme oiga) aunque le hayas metido una paliza tenística, queda un poco feo... Total, que me he ido a casa, cansado pero contento, paseando y contento, he comido contento y me he acostado contento... contento hasta que me he levantado de la siesta, que hoy ya trabajo. Es como si una apisonadora se hubiera dedicado a pasarme por encima mientras dormía... la leshe!!! me duele tó! especialmente las rodillas, que las pistas que no son de tierra son las más nocivas para las articulaciones porque no amortíguan... en la gasolinera me he agachado a por una moneda que había caído y me he tenido que quedar un rato ahí... sin saber si subir o llamar a los mossos... aunque palos agusto no duelen, dicen... claro, ese tío no jugaba al tenis cuando lo dijo, ni se pasó un año sin jugar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario