sábado, 24 de noviembre de 2012

¡Emergencia!

Me resulta tremendamente curioso, que el Exmo. Ayuntamiento de Cornellá de Llobregat, realice un simulacro de emergencia a, escasamente, un mes del "fin del mundo de los Mayas", que sucederá, si todo sale según lo anunciado, el próximo 21 de diciembre. 
No, no tengo queja de que las fuerzas y cuerpos de seguridad municipales, se preparen para un eventual invasión zombie, una guerra contra los alienígenas, la independencia de Cataluña o "vaya-ud-a-saber-qué", pero con lo que no termino de estar de acuerdo, es con las formas de hacerlo; esto es, a las 12:30 de la mañana, cuando el sol está en lo más alto, por lo que el "apocalipsis zombie" queda descartado, (todo el mundo sabe que esto pasaría de noche en un primer momento), y mediante unas mega-enormes sirenas, estratégicamente colocadas, en El Castillo de Cornellá, que avisaban a la población general, de que, el virtual fin del mundo, se nos echaba encima.

Con el sonido de alarma a toda potencia, golpeando mi cerebro dormido, el bote que he pegado, en lo mejor de mi ciclo de sueño, ha sido de record olímpico. Instantes después del aterrizaje, con un juez-árbitro del COI validando la marca lograda, y aun con los ojos pegados, he buscado el teléfono desde debajo de la cama, (por si las moscas) para desconectar la alarma. Al darme cuenta de que mi móvil estaba en silencio, me he precipitado sobre el ordenador, como un lobo hambriento sobre un conejito, tratado de silenciar el sonido, tontamente, ya que también lo tenía apagado. Poco a poco, con la activación progresiva de la neurona, ya sentado en la cama, y al darme cuenta de que ninguno de estos aparatos podría montar semejante escándalo, cabreado por la impotencia de no poder detener el rugido procedente, calculaba, de un puñado de metros más allá de mi ventana, he empezado a preguntarme que diablos estaba suceciendo. 

Aproximadamente un minuto después, y tan súbitamente como comenzó, el ruido cesó por sí mismo. 

Jurando venganza, en arameo antiguo, me he tendido de nuevo en mi colchón de muelles, en el que se inspiraron las "camas de faquir" y algunos objetos de tortura china, he vuelto a cerrar los ojos con la intención de aplazar el baño de sangre que empezaba a planear contra los responsables, retomar mi necesario descanso y sumergirme en los dominios de Morpheo. No había pasado otro minuto, empezaba a relajarme y mis deseos de muerte y destrucción ya desaparecían, cuando la infernal sirena rompía, de nuevo, la paz de esta pacífica localidad. Llegados a este punto, me he levantado de un bote, con un brillo en la mirada de "loco peligroso", y he subido la persiana rápidamente para observar la calle y tratar de entender este despropósito. 

Tras descartar un bombardeo sorpresivo, un volcán en erupción, una intrusión alienígena con intenciones hostiles, una lluvia de meteoritos y/o basura espacial, la invasión preventiva de los ejércitos de "el garante de la indivisibilidad de España" (Marianico "el corto"), una revolución popular en contra del sistema inhumano y pro-bancario en el que nos hemos instalado "cómodamente" y un puñado de amenazas más, he comprobado que los ciudadanos y ciudadanas de Cornellá, continuaban, impasibles, con sus quehaceres diarios, charlando, comprando y chafardeando entre ellos, sin preocuparse del estruendo intermitente que sonaba desde las cercanías.

En total, la alarma cesó y se reanudó dos veces más, sin rastro alguno de peligro. Mis ganas de dormir se desvanecieron finalmente y comencé a planear una venganza, sangrienta y cruel, contra los responsables de tan vil interrupción de mi descanso matinal, así tendrán un motivo real para hacer sonar tan descomunales altavoces...

Lo cierto es que no me imagino un fin del mundo inminente. Los bancos, actuales amos y señores de nuestras vidas, no lo tienen autorizado por sus consejos de administración, y hasta que sus cuentas no reflejen en el apartado correspondiente, "ejecución del fin del mundo", a los Mayas les pueden ir dando morcilla de Burgos. 
¡No hay prisa chicos! el objetivo, para este año será el de deshauciar, por lo menos, al 70% de los gorrones que pretenden vivir a costa de las cuentas de estas santas, e incorruptibles, entidades y librarlas de esos parásitos sin vergüenza, ladrones y vividores, ¡rojos!, que asaltan supermercados por el simple capricho de comer tres veces al día... ¡ah! y pagar una buena parte de las hipotecas fraudulentas y participaciones preferentes que han vendido (casi impunemente), mientras ellos se embolsan rescates con dinero público, y sus directivos se forran a costa de todos, mientras que personas desesperadas saltan al vacío o se interponen delante de trenes o metros. 

Realmente, todo esto lo tenemos "bien merecido", este es un país, en el que, cuando la demanda de un producto (llámese vivienda) sube hasta cotas estratosféricas, en lugar de bajar precios, como sería lógico, estos se dispara hasta el infinito y más allá, entre otras supuestas prácticas (tales como pactar precios, por poner un ejemplo). 
No es algo que nos deba sorprender, ya ocurrió algo parecido con la instauración de "la moneda única" que, mientras en la tele nos bombardeaban con aquellos muñecos horrendos de plastilina diciendo "¡que los precios no suben!" en las calles y en los comercios se equiparaban los "veinte duros" con la moneda de 1 €uro... hemos tirado tantas piedras contra nuestro propio tejado, que ahora tenemos el salón lleno de rocas. 

 Y una vez más, ¡viva España!

 



jueves, 8 de noviembre de 2012

Escuela de negocios y diplomacia

Un día, durante una entrevista televisiva (en prime-time) un importante periodista, uno de los considerados punteros del momento, me preguntará como conseguí llegar hasta la cumbre, como se forjó mi caracter perserverante, mi carisma, mi capacidad diplomática y negociadora y en definitiva, la forma en que me convertí en el triundador que seré.

Se repasarán mis logros, con videos y reportajes, emitidos anteriormente en telediarios, informes semanales, documentos tv y alguna que otra película, inspirada en las más grandes azañas logradas a lo largo de los años. A continuación se emitirán algunas fotos de momentos cumbre, en los que mi persona medió entre dos partes en conflicto... la firma de la paz entre israelies y palestinos... la liberación del Tibet por parte de China... Otros logros y premios; el nombramiento de Secretario General Honorífico de la ONU, el encumbramiento como "hombre del año" de la revista... la que sea ... y finalmente, la emisión una copia de un contrato firmado por mí y por mi señora, por la contratación de un restaurante a precios razonables para la celebración de un enlace, el documento más escalofriante y raro de todos.

Se investigará y especulará largo y tendido sobre el presunto hombre de negocios que me forjó y me aconsejó hasta que me consideró preparado, sobre las posibles empresas que invirtieron en mí... quizá se saque a relucir algún testimonio de alguien que me considere despiadado o frío, seguido de otro que me considere amenazador, otro que no quiera hablar por miedo, y cienes y cienes de enloquecidos fans de, lo que quiera que haga, que besan las huellas que voy dejando tras de mí.

Llegará un silencio tras la larguísima entrevista, aun en emisión, en la que mi entrevistador y yo saldremos cara a cara, momento en que yo reflexionaré y dada la edad que tendré y que ya sólo me quedará transmitir mis conocimientos, me inclinaré hacia atrás cómodamente, miraré al tipo (o tipa) en cuestión con una sonrisa "pícara" y confesaré mi secreto:

"Nada de lo que ud. ha dicho me convirtió en quíen soy... no hubo grandes empresas, ni seminarios, ni cursos, ni universidades... sólo tuve que organizar mi boda"

Perplejidad en el plató.

Quizá suene... extraño, pero sólo quien ha organizado su propia boda puede entender de lo que hablo... de la diplomacia necesaria que precisa cada palabra que se dice; a los proveedores, propietarios de locales, dependientes, comerciantes... todas esas víboras que en cuanto escuchan la palabra boda comienzan a frotarse las "garras" como hacen las moscas, como el Sr. Burns de "Los Simpsons", reluciendo sus ojos codiciosos y sin poder reprimir una sonrisa "comercial". Estas artes son algo que no se puede enseñar en ninguna escuela.

Ante este evento, el caracter de "los contrayentes" se debe fortalecer hasta convertirse en granito, aunque no se precisa de esfuerzo alguno para hacerlo, ya que "la lidia" con todos esos conocidos que pretenden auto-invitarse, endurecen a cualquiera. Al final, llega un momento que ya no se suda, se exuda diplomacia por cada centímetro cuadrado de piel, la ropa chorrea diplomacia, hay que usar desodorantes especiales (y caros) que oculten el penetrante y sutil, pero potente, aroma de la diplomacia, tanto es así, que aspirantes a cuerpos diplomáticos, abogados, negociadores y pelotas de cualquier tipo, son atraídos como los tiburones por la sangre, a kilómetros de distancia... Todos ellos se pasan el día tratando de darte un lametón, con la esperanza de que esa diplomacia se pueda sintetizar através de las papilas gustativas, se frotan como gatos a la más mínima ocasión, tratando de impregnarse, de empaparse, tratando de robarte la ropa del cesto de la lavadora... Es agotador.

No hace falta enrolarse en la marina o el ejército para "conocer mundo". La cantidad de visitas necesarias son tantas, que se puede hacer un mapa al milímetro y de memoria de cada árbol, cada calle, cada piedra, cada puente y cada tienda, en nuestro caso, del Vallés Occidental, comarca catalana donde se realizará el enlace.

Se pueden contabilizar ya, cientos y cientos de emails enviados, miles de horas al teléfono, millones de gigas de datos recibidos, con información suficiente para escribir la más completa guía turística, o mejorando con mucho, todos los datos sobre restaurantes y rutas ya contenidas en la "Guía Michelín". Aproximadamente la mitad de las masías de la provincia de Barcelona, ya han enviado sus felicitaciones para nuestra boda, junto con un presupuesto, algunas de ellas incluso, recibirán nuestra visita.
De todo esto quedarán anécdotas de las caras que se le quedan a uno al leer estos presupuestos... como el de un castillo en la localidad de Cerdanyola, que nos hacían una oferta "de temporada baja" por la chorradita de 6950€ (más IVA) por unas pocas horas de festejo.

Aunque no todo es combatir con codiciosos. Dado los tiempos de crisis por los que atravesamos, cada comercio que pisamos, que saben de nuestra intención, nos tienden alfombras de terciopelo rojo, y nos hacen la pelota. Dentro de no mucho tendré que ir a por mi traje, y ya me imagino en el probador de una tienda, cambiándome una y otra vez, mirándome y volviéndome a mirar, mientras que Huda mueve la cabeza con gesto de desaprobación o con gusto cuando encuentre uno que nos guste, mientras que suena la famosa canción de Roy Orbison "Pretty woman".