lunes, 18 de marzo de 2013

Atraco a mano armada

Ayer, Rafa Nadal conseguía su clasificación para la final de Indian Wells ante Tomas Berdich, Novack Djokovic ya estaba en liza contra Juan Martín del Potro, y yo estaba pensando en cerrar la puerta de la gasolinera y funcionar con la caja nocturna ya que, por la calle, empezaba a haber poca gente.

Eran poco más de las 22:30, tenía las llaves del cierre de la puerta en la mano cuando llegó un coche, de modo que aplacé lo de cerrar. Marqué el pedido en el ordenador, cogí el pago y le de devolví el cambio al cliente, pero por un momento dudé si se lo había dado bien, mientras el cliente salía de la pista... estaba mirando la caja cuando...

"no te muevas. ¡Es un atraco!"

Por un momento, supuse que era un cliente que estaba bromeando, pero al levantar la cabeza me quedé helado. Dos tipos acababan de entrar y uno de ellos, con la cara tapada y una capucha, cuchillo en mano, avanzaba hacia mí sin quitarme el ojo de encima.

Este es el cuarto atraco que he sufrido y el primero en el que realmente he temido por mi vida.

El tipo del cuchillo, al otro que se quedó ante el mostrador casi ni lo miré, venía demasiado rápido y con el arma demasiado alta. Me aparté de la caja mientras el atracador me gritaba y la adrenalina corría a borbotones por mi cuerpo. Me ordenó sacar el dinero de la caja, para no dejar sus huellas supongo, y se lo dejé encima del mostrador, de donde lo recogió, ante un aireo de cuchillo demasiado enérgico y demasiado cercano a mí cuello, me aparté de nuevo todo lo rápido que pude, evitando siempre mirarle la cara a cualquiera de los dos, buscando una persona en el exterior que se diera cuenta de lo que pasaba, y mientras prestaba atención a los gritos que recibía. Quería evitar cualquier problema y que los ladrones no sintieran amenazada su salida en ningún momento, lo que podría ser peligroso y ponerme, si cabe, más en peligro aún. Una vez con el poco dinero de la caja en su poder, los dos salieron corriendo, y se perdieron en la noche.

Como casi siempre que mi operada cabeza me da problemas estaba siendo una semana complicada en cuanto a sueño. Mi inminente boda y mi proyecto de empresa pesan sobre las horas de descanso y, tras el golpe de estrés producido por esta experiencia empecé a reaccionar mal, aunque creo que previamente podría haber dormido como "la bella durmiente" durante un mes seguido que hubiera sufrido, casi, los mismos síntomas.

Se me quedó el brazo helado, me costaba respirar y, cuando al cabo de las llamadas correspondientes al 112 (teléfono de emergencias) los dueños de la gasolinera y mis jefes, llegó la ambulancia, tras tomarme el técnico las constantes vitales, descubrí que mi tensión "alta", o sistólica, estaba rondando los 200 mmHg. cuando lo "normal" es menos de 140mmHg, además de la taquicardia que golpeaba en mi pecho. Mi voz tampoco estaba muy para allá y empezaba a hormiguearme la cara... es decir, se me estaban repitiendo, aunque más suavemente, los primeros síntomas del derrame cerebral que sufrí en 2000, lo que me aportaba más preocupación aún y me "subía" más alto en la nube (tormentosa) en la que tenía la impresión de estar. Todo parecía bastante irreal y actuaba más por impulsos que por voluntad propia.

Me llevaron al hopital más cercano, donde pasé más menos 2 horas en observación, y tras la visita de dos neurólogas y un médico de urgencias, tras comprobar que mis síntomas remitían y mi estado de lucidez se recuperaba, recibí el alta con el diagnóstico de "transtorno de estrés post-traumático" del que ya me he recuperado, aparentemente, tras una noche en la que he dormido muy poco y en la que debía hacer un seguimiento de la mejoría, o empeoramiento, de mis parestesias.

Gracias a dios (y a mi supervisor) hoy que tenía que estar trabajando estoy en casa, sumado a lunes y martes de mi descanso semanal en los que puedo relajarme un poco. El miércoles por la noche volveré a mi puesto de trabajo pero, tras la salida de mi compañera del turno de tarde, cerraré la puerta con llave y no me arriesgaré a sufrir de nuevo una experiencia parecida, a pesar de que pueda vender menos productos de la tienda.




jueves, 14 de marzo de 2013

Valeriana intravenosa.

Todo comenzó hace más o menos 9 meses, en pleno verano, con una llamada que dejó un poco parada a mi señora madre, la cual no esperaba la pregunta que le iba a hacer. En aquella calurosa tarde de julio, de forma sorpresiva, quisimos que fuera la primera en saberlo, y la pusimos en órbita al hacerle esta pregunta : "¿Cómo se planifica una boda?"

Desde entonces, durante todo este tiempo hemos hecho planes, hablado con muchas personas, hemos invitado a familiares y amigos, pero desde la distancia que nos daba la fecha elegida, "boda" no era más que una palabra, una palabra que no nos provocaba la más mínima inquietud, aunque sí nos mantenia ocupados.

A pasado el tiempo y ya, a tan solo 22 días y un puñado de horas, la tensión es similar a la que pueda ejercer un planeta gigante sobre un pequeño asteroide que pasa cerca, y aumenta al tiempo que nos precipitamos hacia su órbita. Los efectos se van dejando sentir de forma distinta en cada uno de "los cónyujes", a saber: 

El novio: el novio es un tipo tranquilo acostumbrado a colocarse bajo grandes tensiones. Frío, calculador y observador de recursos disponibles. Él hace una lista y se abstrae de la meta, como buen deportista, centrándose en cada paso, en ir atando cada cabo que se encuentra en su camino. Sabe que el timón de esta nave está en sus manos y que si pierde los nervios se estrellarán directamente con el acantilado. A pesar de su tranquilidad, sus músculos se mantienen tensos y su cerebro hiperactivo, repasando una y otra vez la lista de tareas pendientes, buscando esa pequeña cosita que se escapa, teniendo en cuenta que el novio "la tiene pequeña" (la memoria) el resultado podría ser desastroso.

No se puede decir lo mismo de la tecnología que maneja, que está estresada a más no poder: Su teléfono inteligente parece estar quedándose tonto con el aumento salvaje de trabajo... El tráfico de emails supera al de la administración pública en un día laborable, (fuera de la hora del desayuno), el ordenador apenas se apaga, tanto que el "windows" ha dimitido y se ha fugado junto con el módem usb en busca de un poco de tranquilidad. El novio mueve los dedos, como si estuvieran sobre un teclado, hasta cuando duerme. Hay inexplicables correos en la bandeja de salida, que han sido escritos a la hora en la que suele estar durmiendo, cosa que ni él mismo se explica. Que cada cual saque sus propias conclusiones.

Por otro lado, la novia. La novia no tienen la templanza del novio y va notando la tensión de la que hablabamos antes. Ella era un ser dulce, prudente, casi angelical... ahora es como el "Dr. Jekill" y "Mr. Hide", o como un gran volcán a punto de entrar en erupción, que barre de la faz de la tierra todo lo que esté cerca. En las últimas semanas, alrededor de su casa se han colocado una densa red de sismógrafos como medida de alerta, para poder evacuar a la población civil lo más rápido posible en caso de erupción salvaje, estilo kracatoa. El novio suele ir vestido con traje de artificiero cuando está cerca de ella, sabiendo que el más mínimo movimiento brusco, podría desatar un ataque salvaje e iracundo.

De momento las valerianas va cayendo como si fueran caramelos. Las herboristerías, farmacias y parafarmacias de la zona han sido abastecidas como para repartir valeriana a un congreso nacional de novias, pero pronto, cuando el efecto se vaya diluyendo con el paso de los días, irán haciendo falta medidas más potentes, en cuya cima se encuentran los tranquilizantes para grandes mamíferos.

No se sabe que pasará en los días previos. Quizá la novia sufra una reacción exotérmica espontanea y prenda en llamas como un Ave Fénix, manteniéndose así hasta el "si quiero" o quizá el novio se "cuelgue" como un pc al desaparecer toda la tensión que lo mantiene en píe y haya que reiniciarlo, sólo Dios sabe cómo para que vuelva a su ser...  Si alguien sabe de unos novios que no hayan pasado por algo así, que nos los manden y nos expliquen como lo hicieron.