martes, 24 de diciembre de 2013

Política.

Nunca me ha gustado la política. Como dijo aquel, es el arte de hacer difíciles las cosas fáciles.

La política, tal y como nos la muestran, es un ejercicio de reproche, de "y tú hiciste esto". Un juego de hombres y mujeres sin voluntad propia, que bailan al son del que más les pague, del que más les ofrezca. Vamos, de "putas". Al menos los que están más arriba.

No dudo que haya políticos que creen en lo que hacen, cuyo único propósito sería hacer lo que se supone que se tendría que hacer: Servir al pueblo. Pero por desgracia, estos no llegan a puestos de poder que influyan visiblemente en el rumbo del país. Se van corrompiendo conforme suben. 

Nunca había pensado en escribir sobre esto, es más, era una de las piedras angulares de mi filosofía; Pasar del tema. Por complicado, por vergonzoso visto lo visto, por aburrido... porque parece que sólo hablar de política, uno se corrompe siguiendo las ideas de unos pocos que "reparten el pastel".

Historicamente, por mis ideas, que siempre me he cuidado mucho de guardarme para mí mismo, los de izquierdas me llaman facha, los de derecha, rojo. Siempre he sabido que no encajo en ninguna ideología prefabricada, por lo que, si me considerara un poco "zorra", crearía mi propio partido y la liaría bien liada... La lástima es que los periódicos y medios de comunicación ya tienen bien definidas sus "preferencias" con lo que tendría que crear también mi propio "medio de propaganda", porque como suele pasar, los medios desacreditan todo lo que vaya en contra de sus ideologías, y todo esto resulta tremendamente caro. 

Pienso, que si fueramos un pueblo un poco más listo, desde luego, no tendríamos en el Palacio de la Moncloa al señor barbudo que tenemos mandando, cuyas ideas, por si no son suficientemente desastrosas por sí mismas, ha elegido un equipo de gobierno que está haciendo mucho daño, aunque ciertamente, las alternativas que nos ofrece el panorama político actual, tampoco son mucho mejores a día de hoy.

Sinceramente, vistas las injusticias y barbaridades "democráticas" a las que estamos asistiendo, como el robo descarado de derechos sociales, el expolio de las ayudas, el trato que se le da a los bancos, ¡con nuestro propio dinero! seguido de un triste y largo etcetera, no entiendo como aún no hemos tenido un estallido social contundente, de estos que cambian rumbos. De esos que hacen rodar cabezas. De esos, que hace que los corruptos salgan por piernas, dejando tras de sí, un rastro de sobres con el membrete de... ¿Hace falta decirlo?...

Considero, que lo que nos están haciendo a la gran mayoría de los "ciudadanos de a píe", podría equivaler, a un nivel físico, a que nos estén "pateando los huevos" impúnemente, y que además abramos las piernas para recibir más.

Claro, es muy fácil quejarse sin hacer nada, sin acudir a manifestaciones, sin ofrecer alternativas...

Yo propondría algo "tranquilo", lo suficientemente llamativo como para que los políticos se dieran cuenta de que los ciudadanos normales estamos "un poco molestos". Algo quizá del estilo del "15-M", pero a lo bestia, asi como "la toma de la bastilla", lo cual fue el banderazo de salida para la Revolución Francesa, allá por mil-setecientos-ochenta-y-nueve, aunque pocos años después, Napoleón se hizo con el poder.

En lugar de un Napoleón cualquiera, para enderezar un poco el tema y así poner fín, de una puñetera vez, a esta estafa a la que mal llamamos "Crisis", yo pondría al frente a lo que hoy en día se conoce como un "emprendedor", en lugar de un estirado e ignorante señor, sin preparación específica, que se dedica a robar y tirar por tierra todos y cada uno de los derechos ganados por nuestros abuelos y bisabuelos, en favor del dinero, los que lo manejan, y la llamada "Santa Madre Iglesia". 

Dicho esto, ya que me considero y se me considera, ni más ni menos que un emprendedor, además de ser "Mr. Increíble", todo un súperheroe, me ofrezco para remangarme y ponerme a ello para arreglar este desaguisado inaceptable, esta mega-cagada que hemos aceptado tragar, sin apenas rechistar.

Basándome en "la legalidad vigente", lo que se conoce como "hacer las cosas bien", para poder hacer esto tendría que montar un partído político, así que, empecemos con la presentaciones: "El Partido del Gato". Al final va a resultar que soy un poco zorra.

Quizá voy a decir un buen conjunto de chorradas, quizá no... Seguro que peor no lo podría hacer.

Nuestra primera medida: bajar los impuestos y ofrecer incentivos para estimular el consumo, si se estimula el consumo, se crea empleo, si se crea empleo, se acaba la "crisis." Y todo esto sin haber estudiado economía. Sí, soy bueno. Gracias.

Hecho esto, se irían reponiendo los derechos sociales, se purgaría el sistema, se encarcelaría a los que se han aprovechado y fomentado la situación y se colocaría a gente con preparación al mando de todo. Como consecuencia directa a todo esto, harían falta un montón de cárceles nuevas para enchironar a tanto corrupto, con lo que se crearían puestos de trabajo, con lo que la crisis, acabaría...

Crearíamos una carrera universitaria, por llamarla de alguna forma, "Servicio Público", en la que se formaría a gente que pudiera dirigir con habilidades específicas, pero en lugar de una "selectividad" se debería presentar un proyecto en el que se haya trabajado al menos cinco años, y que acrediten al alumno como "emprendedor". Esto llevaría a la creación de más empresas y la contratación de más gente para hacerlas funcionar. Con lo que se crearía empleo... y se acabaría la crisis.

Se acabarían los privilegios de todo aquel que se "alimente" del sistema y no aporte el doble de lo que recibe a la sociedad.

Se reformaría el sistema educativo, indagando en modelos ya establecidos y hayan demostrado su eficacia, adaptándolo a nuestra sociedad, para lo que se consultaría a los profesionales encargados de llevarlo a cabo: los maestros. Además, se potenciarían las habilidades de cada alumno, creando programas específicos para los grupos de población.

La sanidad sería pública. Al ciento por ciento. Aunque se ofrecería a empresas sanitarias trabajar para el sistema público, y NO CONTRA el sistema público.

La ley sería independiente de los partidos políticos y del poder.

Cada presidente tendría un máximo de dos legislaturas, como en Estados Unidos, los ministros serían sustituidos al cabo de dos años. Ningún cargo público podría ser elegido a dedo, si no por probados méritos.

Sé, soy consciente, de que las cosas no son tan fáciles como escribo aquí. ¿O sí?. ¿Se nos ha hecho creer que las cosas son tan complicadas que hay que hacer las cosas complicadas? Quizá sea el principio de la sencillez a lo que debieramos volver para terminar con esta locura.












 


viernes, 13 de diciembre de 2013

Feliz año nuevo.

Ahora que el año termina, y aprovechando "el tirón" de visitantes que me han proporcionado la última historia que colgué antes que esta, creo que es un buen momento para hacer un repaso a lo que ha dado de sí este año, antes de que las televisiones se lancen como locas a ofrecer "las mejores y más impactantes imágenes del dos-mil-trece" y yo quede como un burdo imitador.

Dos-mil-trece llegó en el preciso momento en que terminó dos-mil-doce. En aquellos momentos me planteaba que necesitaba acabar con la flaccidez del órgano más importante para el hombre. El que alberga el centro del placer. El que, en teoría, asegura la supervivencia y continuidad de la especie. Y digo en teoría, porque viendo los especímenes que pasan a diario ante mi presencia, me sorprende que, como especie, estemos superpoblando nuestro planeta hasta dejarlo seco "como el ojo de un tuerto", y no llegue aún el tiempo en que dejemos paso, en lo más alto de la pirámide evolutiva, a los caracoles, especie que en muchos sentidos, nos supera con creces en inteligencia, adaptabilidad y educación.

Por supuesto, durante algunas semanas, la ejercité al cien-por-cien, notando una mejoría en su rendimiento y fiabilidad, cosa que, tanto la que por aquel entonces era mi novia, como yo mismo, agradecimos, ya que estábamos prácticamente en la recta final de los preparativos para nuestra boda. Durante una temporada conseguí una increíble mejoría, y pude gritar orgullos a los cuatro vientos: ¡Ya no la tengo (tan) pequeña!  

A principio de año, como bien decía antes, apuraba mis últimos meses de soltería. Por aquel entonces aún vivía en una habitación, en un piso compartido con mi amiga Carmen, a la cual seguí en mi enésimo cambio de domicilio.
Repasé los más estrambóticos lugares donde me había visto obligado a guarecerme en los últimos tiempos, y que habían puesto a prueba la fortaleza, o debilidad, de mi salud mental, lo que fui relatado con pelos y señales en "Se Alquila Habitación". Hoy, curiosamente, me encuentro en la misma situación que hace ya un año, mientras me pregunto si algún día encontraré un lugar definitivo donde aposentar mi inquieto culo-de-mal-asiento.

Enero fué un mes de remembranza. Chafardeando en las entrañas de mi ordenador, una noche con poco trabajo, entre la enorme cantidad de archivos polvorientos que conservo "por sí acaso", localicé de forma casi accidental, alguna de las soluciones a las intrigas más oscuras de la historia de la humanidad. Fué así como descubrí todas las transcripciones sobre conversaciones que planearon el asesinato de Kennedy, de Lenon, de Laura Palmer y de Petete, al que encontraron aplastado, una mañana de navidad, por un libro "mu gordo".

Encontré algunas de las fórmulas más buscadas por los científicos de todos los tiempos: La fusión fría, la de la gasolina-no-contaminante, la cura para la gripe o, incluso, la receta exacta con la que las abuelas hacen la tortilla de patatas. Y como no, encontré los primeros párrafos de un intento de "novela", siendo amable con dicho escrito, que realicé en mi más tierna adolescencia, y que, por exigencia del Ministerio de Sanidad, Secretaría General de Salud Mental, no estoy autorizado siquiera a fotocopiar, ya que podría causar en el lector: Paranoia, esquizofrenia, transtorno de bipolaridad, desórdenes varios de la personalidad y hemorroides, entre otros. De modo, que mi "Baúl de los Recuerdos" volvío a las profundidades de mis archivos, para no volver a ver la luz, quizá, en varios siglos, hasta que la humanidad esté preparada para soportar tan horrible y espeluznante relato.

Hay que decir que Enero fué el mes más prolífico en cuanto a historias desde que escribo este blog. De una forma o de otra, tuve un subidón de creatividad sin precedentes, consciente de que en pocas semanas mi rítmo de vida iba a cambiar radicalmente, debido a mi inminente matrimonio. Fue precisamente en este mes cuando escribí el best-seller de las historias que hoy repasamos, la que prácticamente un año después sigue siendo insuperable en número de visitantes... "Sexo Gratis" historia que precisamente fué una recopilación de momentos de dos-mil-doce, que no tuvieron suficiente fuerza para convertirse, por sí solos, en una historia del blog, pero que juntos me dieron para publicar una nueva entrada, por un lado, y por otro, demostró la importancia de un buen título, ya que allí de sexo, había poco.

Tan grande fue el derroche de creatividad del que hice gala en enero, que en febrero me había quedado seco de ideas, y no fué hasta marzo que retomé mi rítmo normal, aunque de una forma un poco abrupta, ya que para despedir mi último mes de soltero, a principio de mi turno sufrí un "Atraco a Mano Armada", que desembocó en un síndrome de estrés post-traumático y la repetición de la mayoría de los síntomas del derrame cerebral, que me reseteó el cerebro a principios del año dos mil.

Y como no, a tan solo veintidos días del magno evento, la gran reunión, la cima de todos los preparativos que llevábamos casi un año realizando: nuestra boda. Me puse a ello y ralaté, en no muchas líneas, como "la novia" (ahora ya la "Señora Ojos del Gato") acababa con todas las existencias disponibles de "Valeriana Intravenosa" de las farmacias y parafarmacias de la zona, antes de una boda cuyos fastos, en total, ocuparon cinco días de mi existencia.

Yo, que siempre dije que quería una boda sencilla. Yo, que fui un defensor acérrimo de invitar únicamente a los parientes más cercanos... yo... me la tuve que "tragar" con queso... únicamente daré un dato, a modo de adelanto, para una historia que está por llegar, y que promete dar un merecidísimo "palo" a alguno de los asistentes, cuyo nombre estamparé con saña y mala leche en estas páginas cibernéticas, para que conste.
Ese dato es que la carpeta "Boda" de mi ordenador contiene más de tres mil fotos, y las que faltan. Aún hoy, cuando cierro los ojos, veo el reflejo de los flases en mi pupila.

Abril pasó como una exhalación. Entre la boda y posterior "Luna de Míel", en la que realizamos un periplo, ciertamente inesperado por cuatro países de la Europa central, no escribí ni una sola letra. De modo que tuve que esperar hasta mayo para poder sentarme y escribir. Así, en "Paternidad", donde me acordaba de mi propio progenitor, al tiempo que esbozaba a grandes trazos lo que debiera ser "el manual" que todo recién nacido debiera acompañar en el momento de su alumbramiento.

Mi "primer periodo" de vacaciones del año acababa de terminar. Me había reincorporado al trabajo y andaba muy despistado en las noches, cada vez más cortas, de mayo. Así que en mi inseguridad, a la hora de rondar por la tienda a por un producto u otro, recordé el porqué de mi hábito de llevar el móvil en el bolsillo cuando bajaba al sótano. Así nació "Caídas y Más Caídas", título que, a posteriori, una cadena de televisión casi copiaría descaradamente en su programa "multas y más multas". Sobra decir que mi historia hablaba de caídas y el de la tele, de multas. La diferencia es sutil, pero quizá es necesario decirlo para los lectores menos observadores.

Junio, a efectos de haber escrito aquí, no existe. No recuerdo porqué, pero no escribí ni una sola palabra, de modo que, en julio es cuando aparece la siguiente historia, escrita después de pasar ocho días en una cama del hospital Vall d´Hebrón de Barcelona, donde me recuperé de un gran susto por una "Miopericarditis History" que se me llevó otra de mis siete vidas felinas, y que también motivó que escribiera "Ángeles y Demonios", "Mr. Increíble" y "Superhéroe" historias flojas, flojas, ya que, en casa, sin moverme apenas del sillón era difícil poder hacer un ralato en condiciones.

Cuatro meses después de acudir por primera vez al médico "por una neumonía que no parecía ser tal cosa", (una persona estuvo seis años de medicina para soltar esa perla) mi cardiólogo, un encantador viejito que nada más verme me dijo "estás gordo, adelgaza", recibí el alta y permiso para poder volver a trabajar. Y como si hubiera sido un (mal) sueño, me volví a encontrar en "mi pecera de cristal", atendiendo a un extraño grupo de personajes que parecen no tener casa, y que son capaces de materializarse a cualquier hora de la noche para, tras hacerme el saludo fascista, acercarse a la ventanilla y comprar una "pantera rosa", enseñarme abultadas partes de su anatomía femenina, a modo de pago, o contar sus desvaríos por el "micro" de la caja nocturna, aunque yo no me encuentre delante para oírlos. A esta extraña historia, la llamé "Visitantes de la Noche (II)" y precede al número dos en el "ranking" de historias más visitadas de "Los Ojos del Gato".

Lo cierto es que el éxito de "Mudanza", ha llegado de una forma un poco inesperada, más teniendo en cuenta lo flojitas que me estaban saliendo las entradas anteriores, tras varios meses sin apenas "material" para elaborar estas historias, debido a mi obligatorio reposo.

Aunque, algo me dice que, "Mudanza" no va a ser una entrada única con este nombre. Estoy seguro de que, una vez encontremos lo que buscamos,piso,  habrá un "Mudanza II: La Mudanza" e incluso un "Mudanza III: Me Cago en los Vecinos" como no puede faltar en todo hogar que se precie. Quizá la serie "Mudanza" se pueda convertir en una saga de éxito del estilo "El Señor de los Anillos", si consigo que Peter Jackson se lea este blog, cosa harto improbable, empezando porque creo que él no entiende el castellano.

Y hasta aquí el dos-mil-trece, antes de que se me adelanten, y las cadenas de "Güachap" empiecen a volar de smartphone-en-smartphone, felicitando el dos-mil-catorce, que promete dar de sí.

Felices fiestas, feliz año nuevo y feliz cuesta de enero.








lunes, 9 de diciembre de 2013

Mudanza

Por una vez he querido escribir un artículo con "rigor periodístico", esto es, serio, investigando, leyendo informes y opiniones de todas las partes implicadas en el tema: La quema de residuos (lodos de depuradoras, entre otros) por parte de la cementera Lafarge de Montcada i Reixac, localidad donde resido actualmente, entre algún que otro tema más doméstico... Y como suele pasar, se produce la colisión cataclísmica resultante de enfrentar intereses económicos y políticos vs. derechos sociales y de salud de los residentes en las cercanías de la planta.

Abrumado por la complejidad del tema y mortalmente aburrido por la cantidad de información "pro" y "anti", de la que me he empachado en pocos minutos, he decidido sostenerme en la fría lógica para hacer constar mi opinión: Todo lo que sea meterse algo más que oxígeno en los pulmones, no puede ser bueno, y mucho menos si son gases (y, fácilmente, partículas, y a saber que más) procedentes de la quema de residuos... por lo que, mi dictamen final es que, Cementos Lafarge, nos quiere a todos muertos. Es una afirmación, quizá un poco dura... No nos quiere específicamente muertos, (como el Sr. Philip Morris que tampoco nos quiere muertos) al menos de forma inmediata, pero colaborará de forma activa en la contención de la superpoblación mundial en los próximos años.

Dicho esto, otorgo todo el peso del mundo a la información, que he "pescado" navegando por la red, de un estudio universitario, que revela, que la exposición continuada al ambiente que genera la cementera, en un radio de unos cinco kilómetros, producirá un aumento de casos de varios tipos de cáncer y problemas respiratorios en la población, por lo que... se impone una decisión arduamente estudiada... (durante unos quince segundos): abandonar la zona como una rata en un barco que se hunde, para dejar de exponernos a futuros problemas de salud.

¡Qué gran pesar me invade! el tener que plantearme "la evacuación" (no hablo de acciones escatológicas) estoy seguro de que  el verme "obligado" a volver a "mi pueblo adoptivo" me va a quitar el sueño... la posibilidad de poder volver, perdón, de tener que volver a Cornellá, mi querida Cornellá, "me asquea" profundamente... el que no pille la ironía es, simplemente, que no entiende el significado de las "comillas", así pues, creo, que ha quedado suficientemente claro.

Haciendo memoria, me doy cuenta del historial de mudanzas en mi haber. No es que no pueda vivir más de seis meses en el mismo sitio. Puedo. Además, quiero... las doscientas o trescientas mudanzas de los últimos años no tienen, absolutamente, nada que ver, pero me considero un inconformista, lo que en este ámbito en concreto también se conoce como "culo-de-mal-asiento". En mi defensa diré, que aplico a mi vida aquella frase que reza: "No te conformes hasta que lo mediocre sea bueno y lo bueno, lo mejor"

Pero esto implica luchar. Y luchar suele ser una aventura. Mis últimas mudanzas, buscando habitación, quedaron reflejadas ya en este blog.

Ahora que soy un tío experimentado, curtido, conocedor del asunto inmobiliario-de-alquiler, puedo decir que, voluntariamente, llevo sometiéndome semanas a uno de los peores círculos del infierno. Buscar piso.

Pisos que no son lo que parecían... comisiones, suministros pendientes de pago, fianzas y avales imposibles... cuchitriles peligrosos... vecinos "cabroncetes", inmobiliarias que, económicamente, parecen vivir en universos paralelos... en mi larga experiencia he visto de todo, y por lo que sé,  podré escoger dos caminos. A saber:

Las inmobiliarias. Acaparan ampliamente el mercado. Son poseedores de una "cartera" que, así a ojo de buen entendedor, llega fácilmente, sin agobios, al setenta-y-cinco-por-ciento de los pisos, casas y chabolas varias que hay en el mercado. Sus oficinas suelen colocarse en zonas populosas, de gran afluencia de "pardillos" a los que chupar la sangre. En apariencia son locales normales, con algún que otro trabajador, algún ordenador y muchas fotos de casas varias. En apariencia todo es normal, salvo que en algún lado hay un sitio oscuro, con un ataúd. Pero por la noche, ningún trabajador sale andando por la puerta. Esperan a que nadie mire y, tras activar la alarma, salen volando por la ventana en forma de murciélago. Vampiros que van a sumergirse en la sangre de sus víctimas diarias.

Suelen tener condiciones ventajosas para los dueños, les hacen la pelota y les mandan de vacaciones al Caribe. Lo que sea por conseguir la gestión del piso... Como contrapartida, al inquilino potencial, esa alimaña, desde el momento en que entra en la oficina buscando información, se le mira con desconfianza, hasta que demuestre que no es un terrorista peligroso, culpable de los peores delítos económicos, fiscales y a saber que más actividades depravadas. Es por ello que el potencial cliente, bicho rastrero, tiene que demostrar su integridad.

Las agencias inmobiliarias, son un lugar donde la presunción de inocencia no existe.

El proceso de "aportación de pruebas" suele ser largo, trabajoso y realmente caro. El presunto defraudador, persona peligrosa, mala gente en general, debe aportar, como poco: DNI o pasaporte, Seguridad Social, declaración de la renta, las últimas cuarenta-y-cinco nóminas, certificado del banco, de hacienda, de la guardia civil y demás cuerpos de seguridad del estado, análisis de sangre, el genoma personal, certificado de la pureza de su familia de III Reich, la firma de un político honrado y, finalmente, un pelo de unicornio.

Aun presentando toda esta documentación, nada garantiza que se te vaya a dar la oportunidad de alquilar algo, es más, se reservan el derecho de darte una paliza en cualquier momento. Casi sale más barato buscarse una hipoteca.

Por otro lado, el propietario directo, que representa el veinticinco-por-ciento de la oferta del pisos, y que decide no ceder su piso a una agencia, está catalogado por la UNESCO como una especie en grave peligro de extinción.

Suele ser un animal temeroso, asustadizo, rara vez se deja ver a la luz del día y es tremendamente complicado de encontrar. Su hábitat, suele encontrarse en círculos de amistades o familiares, excepcionalmente en internet. No hay un recuento oficial de sus miembros, pero se sabe que son extremadamente raros.

Tiene un carácter arisco y desconfiado. Un gato antisocial es un animal tremendamente más fiable que este elemento.

Por lo general, la negociación con esta rara especie es difícil. Suele vivir casi tan alejado de la realidad económica como las agencias inmobiliarias de las que hablábamos antes, ya que siente que necesita vivir con un príncipe, como poco, y su percepción, suele ser que hay que sacar el máximo partido posible a su guarida particular. 

Recientes estudios, han determinado que estos seres tienen algo de ADN diluido de los antíguos dragones. Seres codiciosos que vivían obsesionados con el oro y solían arrasar poblaciones, castillos y explotaciones de este metal, con el fin de acumular la máxima cantidad posible del precioso metal.

No todos tienen este antiquísimo ADN, que les otorgan ese particular caracter, pero esa rama de propietarios son minoría dentro de la escasa especie de la que hablamos.

Tras pasar por la consulta de mi psiquiatra de cabecera y de la preceptiva revisión médica que acredita que seré física y mentalmente capaz de soportarlo, ya he establecido los primeros contactos y recibido las primeras dentelladas por parte de las agencias inmobiliarias. 

Me queda mucho camino por delante.


























lunes, 2 de diciembre de 2013

Frío

Siempre he pensado que un hombre preparado vale por dos, tres en mi caso, dado el volumen que ha alcanzado mi cuerpo (sobre todo por su parte media) tras mi obligado "reposo cardíaco" y cuya incontrolable masa me ha proporcionado un pequeño, pero atrayente, campo gravitatorio propio por donde, durante un corto periodo de tiempo, han orbitado diferentes objetos domésticos.
Aunque el efecto, en efecto, (valga la redundancia) se veía impresionante, sobre todo cuando la trayectoria de la lavadora y la tostadora se alineaban con la botella de suavizante y producían eclipses triples espectaculares, he empezado a redudir ese excesivo índice de masa corporal, en favor de mi salud cardiocirculatoria, en mi particular "Operación Bikini", perdiendo así (literalmente) el campo gravitatorio y los objetos que me orbitaban desde lo alto de la azotea, dando un disgusto enorme a la "Agencia Espacial Europea" al tener que prescindir de un "campo de pruebas" aquí, en la tierra.

Viéndome reflejado en las cristaleras del metro, camino de mi "puesto-de-vigilancia-nocturno", pienso que si las tropas de la Alemania Nazi hubieran salido tan bien equipadas para invadir Rusia, en verano del 41, como lo hago yo cuando voy al trabajo, la "operación Barbarroja" hubiera sido un éxito y, desde hace años, en Moscú se hablaría alemán.

Sé que lanzar semejante afirmación es defender una hipótesis arriesgada por la teórica impredicibilidad de la guerra, pero no hay más que ver el tono general de cachondeíto de este blog, como para no tomarse en serio nada de lo que se diga.

Y es que las apariencias pueden engañar, porque aunque las temperaturas no son muy bajas, a pesar de que caen día tras día, la percepción del barcelonés medio es que vivimos en Siberia, y a grito de "Osti tú, quina fresqueta que fa, ¿eh?" cada vez que cualquiera se acerca a mi ventanilla, yo con mi aspecto "osuno-al-borde-de-la-hibernación" no necesito tantas capas de ropa, aunque voy con el equipamiento necesario como para conquistar el Polo Sur, ciertamente, pasando calor.

Además de poco friolero, soy una persona que ama la estadística, y en las largas noches de otoño-invierno, aburrido como una codorniz, y tras un "riguroso" estudio realizado desde mi "pecera de cristal", he llegado a la conclusión de que, en esta ciudad, únicamente los pingüinos del zoo y yo mismo, estamos encantados con el desplome de las temperaturas, y aún diría más, a falta de una palabra mejor, la mayoría de mis clientes están indignados, cuando no directamente asqueados, de la retirada del calor y claman por la realización de un referéndum en favor de la independencia "para cambiarlo todo" como dicen por aqui. Desconozco si también pretenden cambiar el clima en una hipotética "Catalunya independent".

Yo lo que sí voto, es porque mi señora firmaría donde fuera por ese cambio climático catalán, friolera ella como un camello saharaui, ya que es africana como el "Bulbul Naranjero", un bicho de ese continente que conocí buscando en Google algo típicamente africano, específicamente para este párrafo.

Ya no es ningún secreto que tenemos planes migratorios hacia tierras más germanas, donde reside la mejor amiga de la señora "Ojosdelgato" y donde esperamos encontrar un menor índice de estupidez supina por parte de la sociedad en general, y de la clase política en particular, que en esta, nuestra amada tierra.

Llegados a este punto, a unos mil-cuatrocientos-kilómetros-al-norte en concreto, me pregunto como soportaría, mi friolera esposa, una considerable reducción de temperatura, con alguna que otra nevada, mucha lluvia y una importante menor cantidad de luz solar aunque, si hay animales tropicales en zoos en zonas muy nórdicas, mi señora esposa, se podrá acostumbrar.

Todo sería cuestión de logística e ingenio... en la cama, con un andamio o férula-tipo-hospital, se podría amortiguar suficientemente el peso de la ropa de cama que, presumiblemente, ahogaría los movimientos respiratorios, como para que éste sea compatible con la vida. A la hora de salir a pasear, o a comprar, o a la calle en general, con un carrito de golf, o cesta de la compra grande, o incluso "rodando" a mi mujer, podríamos hacer actividades al aire libre... desconozco el tiempo que emplearemos en vestirla y desvestirla, porque si ya en Barcelona parece una cebolla, con tantas capas que lleva, no me lo quiero imaginar en latitudes tan alejadas.Tambien se me ocurren algunas soluciones más tecnológicas, como puede ser desmontar el motor del secador de pelo, montarlo en el del aspirador, instalar algunas baterías para el funcionamiento y unas mangueras de "riego-por-goteo" para la distribución del aire caliente...